Durante más de 50 años, Berlín fue el símbolo de la guerra fría, el escenario del espionaje entre los servicios secretos de EU y la URSS. Tanto la KGB como la CIA se infiltraron en los servicios secretos enemigos creando enormes tensiones. Miles de agentes fueron entrenados para librar la mayor guerra de inteligencia de la historia. Las mentiras y las traiciones marcaron el destino mundial.
El 24 de junio de 1948, los rusos lanzaron el primer golpe. Las tropas soviéticas cortaron las carreteras, las vías de tren y los canales. Con el bloqueo los rusos querían asfixiar al Berlín occidental. En aquel momento si Estados Unidos hubiera enviado al ejército, se habría desencadenado la tercera guerra mundial, pero de ninguna manera querían abandonar Berlín.
Así que optaron por abastecer a Berlín por aire; una gran victoria para la CIA.
A mediados de los 80 la guerra entre la CIA y la KGB cambia. Ronald Reagan inicia “la guerra de las galaxias”, construyendo un escudo antimisiles gigante. Esta fue la última fase de la guerra fría. Finalmente, el 11 de junio de 1985, tiene lugar el intercambio de espías más importante de la historia y en 1989 cayó el muro, su símbolo más visible.