Irán no escatima para hacer gala de su poderío militar, su poderío defensivo disuasorio. Hoy las Fuerzas Armadas realizaban grandes desfiles militares por el Día Nacional del Ejército, para lanzar una dura advertencia a Israel. Participaba el presidente Seyed Ebrahim Raisi, “Si el régimen sionista realiza el más mínimo acto de agresión contra nuestro territorio, se enfrentará a una respuesta severa y contundente”, reiteraba.
Mostraban drones capaces de alcanzar objetivos precisos, misiles balísticos y de alta precisión y largo alcance también. Todo un arsenal militar de fabricación nacional que, a diferencia del régimen de Israel, no depende de terceros países para su capacidad defensiva y quedó demostrado el domingo, cuando atacó objetivos puntuales y vulneró, al igual que el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina Hamás, la Cúpula de Hierro el anterior 7 de octubre.
Surgen interrogantes. ¿Qué es Israel sin el apoyo militar de EU, Reino unido, Francia y Jordania? y no solo son preguntas que se hacen fuera de los territorios ocupados, sino fuera de ellos. Atrás quedó la época en que Israel podía decir que poseía el ejército más poderoso del mundo. Ahora, a la decadente entidad sionista se le suma la negativa de los judíos ortodoxos, que corresponde al 18% de la población y la juventud israelí a la obligación del servicio militar.
La crisis interna a Netayahu le llega más arriba del cuello, con un gabinete de guerra dividido y los colonos descontrolados en medio del desespero que les genera el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano Hezbolá en represalia y apoyo a Hamás, sin contar la huida de cientos de miles de ellos de los territorios ocupados. Todo ello, además conlleva a una crisis económica en Israel, solo en el último trimestre de 2023, el PIB cayó 19,4%, una cifra que incluso sorprendía a economistas, aseguraron en su momento y los resultados fueron mucho peores a lo esperado. Alrededor de 300.000 personas han sido llamadas a pelear en la guerra y han abandonado sus lugares de trabajo y negocios. Se traduce en escasez de mano de obra.
En esta edición de Detrás de la Razón analizamos el equilibrio de fuerzas entre el poderío militar de Irán y la necesidad de ayuda de Israel para intentar detener las amenazas regionales que recaen sobre sí por sus acciones terroristas.
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