Desde un cambio de ley que hubo en 2014, ha estallado una auténtica fiebre por comprar en Rumania: el llamado "acaparamiento de tierras".
Cada vez son más los grandes inversores extranjeros que compran inmensas áreas de tierra agrícola para recibir las subvenciones de la Ue (Unión Europea) y, supuestamente, para trabajarlas. Sin embargo, esto muchas veces no es así. Aunque compran tierras de pasto y de cultivo, no las explotan, solo las tienen para recibir las subvenciones.
Las víctimas de este negocio son los pequeños agricultores locales, que carecen de tierras y acceso a las subvenciones. Una generación entera de agricultores locales está viendo cómo les quitan literalmente el suelo que pisan.