Andrés Kalawski, dramaturgo y escritor
Paula Molina, periodista
Comer un completo es entrar en la satisfacción individual profunda. Es una comida al paso, una pausa en el vértigo, pero también un antojo, un lujo accesible. Salvo un "gracias" apurado, no sentimos conexión con nada más que nuestro placer. Son buenos esos momentos autocentrados. Buenos, pero engañosos. En esta actividad se revisó todo sobre el completo, ese sándwich donde encontramos conexiones con la larga aventura humana: desde el pan y la pregunta por su transformación, al kétchup y el lejano oriente; desde la extinción de megafauna en la palta a las cortes europeas en la mostaza. Con un poco de suerte podemos encontrar en un completo un libro de historia, un mundo en miniatura y mucho sabor.
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