Después de horas de búsqueda en las montañas del noreste de Irán, cerca de la frontera con Azerbaiyán, bajo una intensa niebla, las autoridades iraníes confirmaron en la mañana del lunes 20 de mayo de 2024 el fallecimiento del presidente del país, Ebrahim Raisi, y su ministro de Asuntos Exteriores Hossein Amir-Abdollahian, tras el accidente del helicóptero en el que viajaban. Los equipos de rescate localizaron primero los restos calcinados del helicóptero y posteriormente recuperaron los cuerpos de los ocupantes de la aeronave, que fueron trasladados a la ciudad de Tabriz.
El trágico accidente de helicóptero sumió a Irán en momentos de incertidumbre y confusión. A pesar de la gravedad del suceso, lejos de mostrar tristeza, muchos iraníes se lanzaron a celebrar la muerte. Múltiples vídeos en redes sociales mostraron celebraciones con lanzamientos de fuegos artificiales, reflejando la profunda división en la opinión pública iraní. Por otro lado, la televisión estatal ofreció una imagen totalmente contraria, mostrando a miles de seguidores que rezaban fervientemente por Raisi en las ciudades sagradas de Mashad y Qom. La polarización en las reacciones no hizo sino constatar las tensiones políticas y sociales que atraviesa el país.
¿Por qué se lanzaron muchos iraníes a celebrar su muerte? Hay que recordar que Irán no pasa por un buen momento. El régimen de los ayatolás no solo es cuestionado desde fuera. También es muy cuestionado dentro de sus fronteras.