Álex Remiro dejó con tan solo 13 años Cascante, su pueblo natal, para apostar por su sueño: ser portero de fútbol. A sus 16 años se convirtió en jugador profesional, y desde entonces, ha formado parte de diferentes equipos de primera división. En este vídeo, el jugador relata su propia experiencia a través de los grandes triunfos, pero también ha comprobado la violencia que aún existe en los campos de fútbol. Por eso, se ha unido a la Fundación 'Fútbol Más', y juntos han creado un proyecto que día a día trabaja con padres, madres y jugadores con el objetivo de concienciar a las personas sobre la importancia de erradicar la violencia en el fútbol. Teniendo en cuenta la principal preocupación de las familias a la hora de encontrar un equilibrio en el campo entre la diversión y la exigencia. “Mis padres siempre me dejaron claro que lo importante era divertirse, pasarlo bien y tener hábitos saludables, compromiso y rutinas. La diversión es un derecho que le corresponde a los niños y que, muchas veces, en las canteras, con tanta formación y exigencia, se pierde”, reflexiona.
Remiro creció en una familia que lo apoyó en cada paso, alentándolo a perseguir sus sueños con una mezcla de amor y firmeza. Algo básico en el fútbol para crear espacios en los que los niños y niñas hablen y compartan sus sensaciones y necesidades junto a sus familias. Además de ingredientes necesarios para mantener la diversión y el respeto tanto en el deporte como en la vida. Álex Remiro es un ejemplo a seguir por sus valores y humildad, siendo consciente de que los jugadores profesionales son un espejo para los más jóvenes.
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