Sabemos muy poco sobre la estructura de la Tierra. Por ejemplo, nuestro planeta no es totalmente esférico, ya que se aplana ligeramente al girar. Por ello, su diámetro ecuatorial (12.754 km) es 43 km mayor que el polar (12.711 km). Nuestro planeta es el cuerpo celeste más denso del sistema solar, seguido de Mercurio entre otros planetas. Las distintas capas del núcleo, la corteza y el manto de nuestro planeta giran a velocidades diferentes entre sí. El oxígeno constituye aproximadamente el 50% de toda la masa de la corteza terrestre, y se encuentra en forma ligada en casi todos los minerales. Alrededor del 25% de la corteza es silicio, y el 25% restante es todo lo demás.
La corteza continental tiene un espesor medio de 35-45 km, pero puede alcanzar los 75 km bajo las cadenas montañosas. La densidad de la materia en el centro del núcleo terrestre alcanza las 12,5 toneladas por 1 m³, y la presión allí es de unos 3,7 millones de atmósferas.
La humanidad ha buceado en las profundidades de los océanos, ha volado a la Luna e incluso ha enviado sus exploradores robóticos a Marte. Hemos estudiado bastante bien la superficie de la Tierra, pero como siempre, lo más interesante está en las profundidades. Y aunque estas profundidades están literalmente bajo nuestros pies, sabemos poco más de ellas, si no menos, que del espacio más profundo. Hace falta toda una "expedición" para asomarse siquiera un poco a la corteza terrestre, igual que para volar a la Luna. Y ya ha habido proyectos de este tipo que han aportado datos asombrosos.
Pues bien, ha llegado el momento de averiguar qué hay en las profundidades de la tierra. ¿Hay vida ahí fuera? ¿Y qué cosas interesantes se han encontrado ya allí?
Hoy analizaremos tres de los pozos ultraprofundos más interesantes que se convirtieron en uno de los primeros proyectos de exploración de las profundidades extremas de la corteza terrestre.
¿Qué se ha encontrado en los pozos más profundos?