Dos curas, Julián (Ricardo Darín) y Nicolás (Jérémie Renier), trabajan junto a Luciana (Martina Gusmán), una asistente social, en una villa marginal de Buenos Aires, Argentina. Juntos luchan a la par para resolver los problemas sociales del barrio. Su trabajo los enfrentará tanto a la jerarquía eclesiástica y a los poderes gubernamentales como al narcotráfico y a la fuerza policial, arriesgando sus vidas por defender su compromiso y lealtad hacia los vecinos del barrio. Los curas trabajaban también en un proyecto para establecer un comedor y poder darle de comer a toda la gente que vivía en ese sector.