A veces nos encontramos en un estado mental en el que nos sentimos incapaces de cambiar una situación negativa. Si eso sucede durante un período prolongado de tiempo, esto puede resultar en una indefensión aprendida: ya ni siquiera intentamos alterar nuestras circunstancias. El concepto fue introducido por primera vez por Martin Seligman, quien lo notó en perros que fueron expuestos repetidamente a descargas eléctricas y dejaron de intentar evitarlas incluso cuando tuvieron la oportunidad.
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