Desde el recrudecimiento del genocidio de Israel en la Franja de Gaza, Israel ha dejado ver que pretende exterminar a los palestinos bajo todo tipo de sufrimiento, incluso el hambre. El sionismo redujo drásticamente el ingreso de camiones con ayuda humanitaria a través de la frontera con Egipto, en el sur y en la frontera norte, con Jordania.
Ahora, el ministro de seguridad interna de Israel, Itamar Ben-Gvir, no solo pide la ocupación permanente de la Franja, sino que también se detenga por completo la entrada de cualquier tipo de ayuda al territorio asediado. Su declaración se suma a la del titular de finanzas, Bezalel Smotrich, quien aseguraba a inicio de semana y se debía bloquear la ayuda humanitaria a la Franja de Gaza; a su juicio, era una acción justificada y moral, incluso si causaba la muerte de dos millones de civiles.
Para tener un ejemplo, sólo en lo que va de mes, un tercio de las misiones de ayuda en Gaza han sido bloqueadas, según Naciones Unidas; en el norte de Gaza, de 85 misiones de ayuda humanitaria, a 51 les fue prohibido el trabajo; en el sur, de 122 equipos de asistencia, a 59 les impidieron las labores. Desde el 7 de octubre, en promedio y con mucha suerte solo han entrado a la franja por el paso de Rafah poco más de 100 camiones de ayuda por día, cuando antes del 7 de octubre ingresaban cerca de 500, y aún con esa cifra, no era suficiente ayuda.
En esta edición de Detrás de la Razón analizamos las amenazas del sionismo para impedir el ingreso de ayuda a la Franja de Gaza y agudizar la crisis humanitaria, que pone en riesgo de muerte a más de dos millones de palestinos en el enclave.
Por Juan Carlos Rozo
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