Calígula reinó menos de cuatro años pero, aún así, se le recuerda como el más depravado de todos los emperadores de Roma. El programa desmonta el mito de su locura y apunta a un trastorno de personalidad, provocado por la combinación perfecta de un trauma infantil, un mentor perverso y un envenenamiento crónico. Probablemente la culpa no fue del todo suya, pero aún así no es la persona a la que querrías encontrarte en un callejón oscuro. Gracias a nuevos hallazgos arqueológicos podremos visitar por primera vez el lugar en el que tuvo lugar su sangrienta muerte.