Atila fue el chico malo de las llanuras húngaras que consiguió colocar a sus pies al mismísimo Imperio romano. Era la simple codicia lo que le movía y de acuerdo a nuestra evaluación psiquiátrica, que Atila carecía de cualquier tipo de principio moral. Se trataba por tanto de un psicópata sin escrúpulos. Aun así, veremos que la razón por la que los romanos demonizaron a Atila fue para ocultar sus propias deficiencias, gracias a las cuales el rey de los hunos consiguió crear una de las mayores campañas de extorsión de la Historia.