Cada mañana, las tres hermanas Julia, Yulissa y Kenya se suben a su canoa para remar hacia la escuela. Viven en la costa este de Nicaragua, uno de los países más pobres del mundo, y la más joven de ellas acaba de cumplir cinco años; la mayor tiene nueve. Reman a través del Río Escondido. No solo es uno de los ríos más grandes del país, sino que también es una de las rutas más peligrosas para ir a la escuela. Mientras tienen que cuidarse de las serpientes al acecho en los árboles sobre el río, las tres hermanas también luchan contra la corriente y deben asegurarse de que la canoa no se llene de agua, ya que tiene múltiples agujeros y podría hundirse en cualquier momento.
Otros compañeros de clase no lo tienen necesariamente más fácil, porque viven lejos del río y su viaje a la escuela los lleva a través de la profunda jungla. Uno de estos compañeros de clase es Greyven, de 11 años. Su viaje diario lo lleva a través del llamado 'campo de serpientes', donde residen serpientes coral y la infame boa constrictor. En el camino a la escuela, la lluvia hace que las serpientes salgan de los cocos vacíos en el suelo; en el camino de regreso, el calor de la tarde, que supera los 35 grados, hace que estén activas y beligerantes.
El viaje diario, por tierra y agua, a la pequeña escuela del pueblo de San Mariano es una aventura casi inimaginable para nosotros. Cada vez que emprenden este viaje, los niños se exponen a peligros que amenazan su vida, todo por la oportunidad de tener un futuro mejor.