Esta primera entrega aborda la confrontación entre Carlos V y Francisco I de Francia. Ricardo García Cárcel traza el perfil de ambos monarcas, enfrentados desde su juventud por el título de emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, por sus intereses territoriales en Borgoña e Italia y por sus diferencias de carácter. Sus contemporáneos vieron a Carlos: “reservado, parsimonioso, firme en sus exigencias; siempre se conduce según su propio criterio, más que por el de las gentes que le rodean. A Francisco, como “simple, abierto, liberal, dócil a las indicaciones de sus consejeros”. Carlos jamás perdonaría a Francisco el incumplimiento del Acuerdo de Madrid, por el que se había comprometido a entregarle Borgoña a cambio de su libertad, por eso opinaba que su rival era un “hombre cruel, ingrato, traidor, …, que lo tratado nunca ha guardado”. Francisco nunca olvidaría que Carlos le ganó el título imperial, que tanto deseaba, y que fuera más afortunado en las guerras que mantuvieron, por eso le parecía que gozaba contrariándole, por lo que decía :”El emperador intenta hacerlo todo al revés de cómo yo lo hago; si yo propongo la paz, entonces él dice que la paz no es posible.