Este capítulo narra la confrontación entre Fernando el católico y Alejandro VI, personajes que configuraron una época y algunas de cuyas decisiones tendrían vigencia durante siglos. Los Borja o Borgia apoyaron desde comienzos del siglo XV a la casa de Trastámara, a la que pertenecían los Reyes Católicos: primero en el Compromiso de Caspe; después en el proceso de legalización matrimonial de Fernando e Isabel; luego, con la propia titulación de Reyes Católicos, concedida tras la conquista de Granada y se mantuvo en asuntos tan trascendentales como las bulas pontificias sobre la demarcación de los descubrimientos y colonización entre España en América y Asia. Les enfrentó la política italiana: el Papa pretendía la independencia y ensanchamiento de los Estados Pontificios y Fernando, lo mismo, con las posesiones de la Corona de Aragón. Dos personajes trascendentales de su tiempo.