El planeta está siendo abrumado por la ropa. Cerca de 56 millones de toneladas de ropa se venden cada año. En Europa, la cantidad comprada casi se ha duplicado desde el año 2000. Gracias a la moda rápida desechable, puedes renovar constantemente tu armario. Pero producir ropa a tan bajo precio tiene un costo ambiental muy alto. Los textiles son la segunda industria más contaminante del mundo, después del petróleo.
Crear un vestido por diez euros en Europa, en menos de quince días. No solo es posible, sino que se está convirtiendo en la norma. Desde que la industria de la moda adoptó la moda rápida, siempre es más rápida y más barata, sin importar las consecuencias.
Empecemos con los que más sufren: los trabajadores. Trabajan entre 12 y 15 horas al día por salarios que son menos de la mitad del salario mínimo legal. Y en condiciones de trabajo abominables. Los productos químicos en las fábricas textiles a menudo envenenan a los trabajadores y a los residentes locales.
Según las marcas, ya no tienen tiempo para crear. Para satisfacer el apetito insaciable del consumidor, copiar los modelos de la competencia hace que todo sea más rápido y más barato, incluso si eso significa arriesgarse a un juicio de vez en cuando.
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