Desde la invasión de Ucrania, al menos 13 yates de lujo vinculados a multimillonarios rusos, valorados entre 8 y 600 millones de dólares, han sido incautados. Otros oligarcas, como Alexander Abramov y Roman Abramovich, han trasladado sus yates a Turquía para evitar las sanciones. Otros superyates vinculados a oligarcas han desaparecido repentinamente de los mapas de seguimiento global, apagando sus sistemas de identificación automática.
Los yates siempre han sido el símbolo de estatus definitivo, codiciados y despreciados en igual medida. En la exhibición anual de superyates de Mónaco, la diseñadora de interiores Sabrina Monteeone-Oeino nos lleva a recorrer su última creación. Pero en un mundo amenazado por el calentamiento global, los superyates consumen casi 500 litros de diésel por hora.
Sin embargo, a través de nuevas tecnologías y nuevos usos, el mundo de la navegación está tratando de redimir su mala reputación. Francis Lapp ha inventado un yate impulsado por energía solar. Otros fabricantes están trabajando en motores impulsados por hidrógeno. En este documental, investigamos el mundo cambiante de los yates de lujo.