Obtuvimos acceso exclusivo a la prisión más grande y dura del mundo en El Salvador. Quince mil prisioneros están encarcelados aquí, la mayoría de los cuales nunca saldrán con vida. La prisión es el símbolo de una represión implacable contra las pandillas por parte del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, de 42 años.
Con más de 3,000 homicidios por año para una población de seis millones, El Salvador ha mantenido durante mucho tiempo el récord de ser el país más peligroso del mundo. Esta inseguridad fue causada por la guerra de pandillas entre MS13 y Barrio 18. Para combatir esta violencia, el joven presidente de El Salvador, Nayib Bukele, declaró una guerra despiadada contra las pandillas. Más de 75,000 personas acusadas de ser miembros de MS13 y Barrio 18 han sido arrestadas y encarceladas. Se construyó una penitenciaría extraordinaria especialmente para ellos: el CECOT (Centro de Confinamiento del Terrorismo). Es la prisión más grande del mundo.
En El Salvador, la política de represión está dando frutos. Los vecindarios que antes estaban controlados por asesinos ahora están en calma. Impulsado por el apoyo de la población, que está encantada de vivir en paz, el Presidente continúa su cacería implacable contra los miembros de las pandillas. Los últimos que aún están en libertad están huyendo al extranjero. Hablamos con un ex miembro de una pandilla, ahora prófugo.
Sin embargo, como lo documenta Amnistía Internacional, la represión también ha resultado en abusos sistemáticos de los derechos humanos. La policía está bajo presión para cumplir con cuotas de arrestos, personas inocentes han sido arrestadas y sus familias luchan para lograr su libertad. Estos “errores” no detienen la política de seguridad del Presidente Bukele.
Para demostrar que su país es ahora totalmente seguro, organizó el certamen de Miss Universo el pasado noviembre y ha adoptado el apodo de ‘el dictador más cool del mundo’.