Bangladesh es un lugar de problemas infinitos. En la autopista veloz los coches no avanzan por los rickshaws, el aire está contaminado, y en el río con su agua negra no habita casi ningún ser vivo. Los niños buscan metales para entregar a los revendedores en lugar de ir a la escuela, y a muchas mujeres les espera un destino muy deprimente.
Es aquí donde terminan los barcos que cayeron en desuso y la sal se empaqueta a mano. Los hombres llevan sacos que pesan más de 50 kilos sobre la cabeza. ¡Lo intenté y sí que pesa! ¿Quieren ver más de la vida en Bangladesh? ¡Acompáñenme en este viaje!