En la tundra ártica de Siberia, los domingos para los nómadas pastores de renos son días de trabajo duro y supervivencia. Mientras muchos disfrutan de descanso, la familia dedica el día a tareas esenciales como ducharse, recoger hielo, construir una casa de baños y lavar la ropa, todo mientras enfrentan temperaturas gélidas. Niños como Saiaan, de 11 años, ayudan con las tareas diarias, aprendiendo las habilidades necesarias para sobrevivir en la naturaleza. A pesar de las condiciones extremas, la familia mantiene una profunda conexión con sus tradiciones, transmitiendo sus habilidades de supervivencia y su patrimonio cultural de generación en generación.