Hay versos abandonados que sueñan con la tibieza del silente camino, a la espera, de ese susurro que enardece y da cobijo. El poemario de Christian nos perfila una naciente escenografía marina que invita a la contemplación reflexiva y al aprendizaje con que la inmensidad no desmaya en llegar a la playa de sus ilusiones. Un poemario que es una delicia y brota de una sensible alma como es la de este solitario y acompañado poeta, Christian Oyarzo Asenjo. Se trata de una hermosa obra que sin dobleces ni intrigas nos desvela versos candorosos y sencillos, como suele ser algunos rincones de la vida. Muy bueno.