El movimiento #Tradwife (o esposas tradicionales) ha explotado en redes sociales estos últimos años, promoviendo un retorno a los valores conservadores y a la vida familiar tradicional. Pero detrás de esta tendencia, muchos ven un peligroso ataque a los derechos de las mujeres.
Impulsado por influencers de Instagram, el estilo de vida tradwife aboga por un regreso estricto a los roles de género: la mujer se queda en casa, cuida a los hijos, hornea pan y se somete "felizmente" al marido, mientras él trabaja y gana dinero. Sin embargo, mientras las influencers ganan miles de dólares al mes vendiendo esta vida 'idílica', la mayoría de las tradwives dependen totalmente de sus esposos.
Solie y Andre, una pareja católica devota de treinta años, no conciben otra forma de vivir. Solie no toma ninguna decision y se somete a todas las necesidades de su esposo, incluidas las sexuales. Influenciados por las redes sociales, su estilo de vida gana adeptos cada día.
Pero Enitza, una ex tradwife, quiere alertar sobre la cruda realidad. Tras diez años en este rol y cuatro hijos, entendió que deseaba un futuro mejor. Sin embargo, cuando pidió el divorcio, sus problemas comenzaron de verdad...
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