Conferencia "Los retablos del Greco en Santo Domingo el Antiguo (1577/1579)", impartida por Leticia Ruiz Gómez (Museo Nacional del Prado) el 22 de febrero de 2025, en el marco del ciclo de conferencias "Los retablos del Greco en Santo Domingo el Antiguo (1577/1579)".
"Los retablos del Greco en Santo Domingo el Antiguo (1577/1579)"
El Greco consiguió en 1577 hacerse con la realización de los retablos para la iglesia de Santo Domingo el Antiguo: un importante trabajo lleno de complejidad y desafíos para un pintor que, por lo que hasta ahora sabemos, nunca se había enfrentado a este tipo de obras. El Greco tuvo que realizar ocho telas de notables dimensiones, pensadas para conformar una estructura arquitectónica que también diseñó. En ese primer encargo, el cretense demostró una enorme madurez artística, recogiendo las enseñanzas de la década pasada en Italia, pero también aspectos inherentes a su condición de pintor bizantino. El modo en que concibió todo el encargo, le señala como un extraordinario artista que, además de una formidable maestría pictórica, entendió las claves escenográficas de los retablos españoles.
"Los retablos del Greco en Santo Domingo el Antiguo (1577/1579)"
A mediados de 1577 el Greco se hallaba en Toledo, seguramente convocado por el deán de la catedral primada, don Diego de Castilla, quien deseaba contar con un buen pintor para que se ocupara de los retablos de la nueva iglesia del monasterio de Santo Domingo el Antiguo, uno de los más importantes y antiguos cenobios de la ciudad, habitado por monjas cistercienses. Además del diseño de las trazas arquitectónicas y de las esculturas, el cretense realizó ocho telas de diferentes dimensiones y formatos que debían atenerse a los asuntos solicitados por encargo del influyente deán, a quien debe igualmente la realización del Expolio para la sacristía de la catedral.
El encargo se concluyó en 1579 y el resultado hubo de suscitar la admiración de quienes contemplaron unas telas que mostraban a un maestro granado y solvente, que se manejaba con deslumbrante soltura en la composición de obras de gran formato, cargadas de reminiscencias italianas tanto en los modelos figurativos como en el colorido y factura.
Esos lienzos, trabajados con un modo propio que, con matices, mantendrá a lo largo de su carrera, le colocaban como un novedoso artista. Con el pasar de los siglos, esta etapa se consideraría lo mejor de su producción, al menos hasta la irrupción de las vanguardias de finales del siglo XIX y principios del XX, que supieron reconocer y valorar las obras finales del Greco.
Hacia 1830 las pinturas iniciaron su dispersión, salvo tres de ellas. En la exposición temporal Los retablos del Greco en Santo Domingo el Antiguo (1577/79) vuelven a reunirse, a excepción de la custodiada en el Museo del Ermitage.
Ciclo de Conferencias "Los retablos del Greco en Santo Domingo el Antiguo (1577/1579)" – 19, 22, y 26 de febrero y 5 de marzo de 2025
Visita: www.museodelprado.es