DESDE EL SUR
A inicios del gobierno del derechista Luis Lacalle y por un período prolongado, su estrategia comunicacional fue infranqueable. Pequeños actos, sencillos, mediáticos, virales, formaban parte de la agenda presidencial y dotaban al mandatario de un halo de impermeabilidad.
Pero la máquina se rompió y la agencia de publicidad cerró. Se le acabó el tiempo al gobierno de Lacalle. Se secó de ideas, de propuestas y ahora solo apuesta a confrontar en este año de campaña electoral.
Un análisis de Nicolás Centurión.
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