Hay personas a quienes no les importa herir sentimentalmente, robar, estafar o traicionar a otros. Los protagonistas de estas terribles historias engañaron a decenas de mujeres para alcanzar sus objetivos, principalmente para ganar dinero, como si fuera un juego. Pero, como se suele decir, se pilla antes a un mentiroso que a un cojo y, tarde o temprano, el embustero cae en su propia red.