Bajo, agudo, parlanchín, con unos ojos vivaces deambulando por la habitación siempre rodeaba de libros que sirvieron para escribir una parte de El MIR de Miguel. De Miguel Enríquez. Vaya epopeya aquello. Seis años. 122 entrevistas. Una obra gruesa, incansable, invariablemente interesante.
Ignacio Vidaurrazaga como buen Cáncer tiene una personalidad dual: hogareño y ejecutivo, el mago literario que, en este libro, hace hablar a los muertos y a quienes buscan guardar un silencio respetuoso, más por estoicismo que por falta de ganas. Vivos y muertos gaviotean ...
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