Aunque para todos son de sobra conocidos nombres de artistas judíos tan relevantes como Soutine, Modigliani o Chagall, pocas veces nos fijamos en las personas que hicieron posible que esos artistas compartirán su obra y que esa obra llegara hasta nuestros días. Hablamos de los marchantes, coleccionistas y mecenas que, especialmente durante el cambio de siglo, hicieron de la pasión por el arte parte de su identidad. Muchos de ellos fueron judíos que inmigraron desde diferentes puntos y que, con gran esfuerzo, acumularon colecciones de enorme valor que finalmente ...
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