Cuando, en el año 1957, Kenneth Frampton conoció, personalmente, a Dimitri Pikionis, quedó convencido de que su obra y su pensamiento encajaban en el cambio que se había producido en la cultura arquitectónica del momento: no se trataba de una reacción anti-moderna, sino de la constatación de que la arquitectura, su práctica y su teoría, estaba en relación con otras múltiples influencias. Para Frampton la obra de Pikionis resultaba una de las luminarias de los últimos tiempos, al proponer una mirada fenomenológica sobre el mundo concreto, “de resplandor ...
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