Calor extremo: algo normal y, en ocasiones, mortal para trabajadores de la construcción en Qatar. Alrededor de 400 millones de trabajadores en todo el mundo sufren el aumento del calor. El cambio climático refuerza la desigualdad social.
Ya sean trabajadores de la construcción en Oriente Medio, repartidores de paquetes en Estados Unidos, trabajadores agrícolas en Centroamérica, todos alcanzan sus límites físicos. Cada vez más epidemiólogos, médicos y economistas advierten sobre un peligro que pronto afectará también a Europa: el calor puede matar. El documental muestra el destino de numerosos trabajadores inmigrantes en Qatar que llegan sanos al país y terminan muriendo en su lugar de trabajo. Oficialmente, estas muertes se declaran "naturales”. Pero están relacionadas con las temperaturas inhumanas que prevalecen en el país.
Pero el calor también mata gradualmente. El documental aborda la primera enfermedad laboral directamente atribuible al calor: la insuficiencia renal crónica, descubierta en trabajadores de la caña de azúcar en Nicaragua y El Salvador. También se han observado problemas renales entre los repartidores de paquetes de UPS en Estados Unidos, que conducen furgonetas sin aire acondicionado, y tienen jornadas laborales exigentes.
El cambio climático refuerza la desigualdad social en todo el mundo y traza nuevas fronteras entre quienes pueden protegerse de sus consecuencias y quienes no pueden hacer frente al aumento de las temperaturas.