La gente que presupone que los puertorriqueños disfrutan de riqueza y bienestar porque el archipiélago está bajo el paraguas de EU, no conoce bien la situación. En Puerto Rico sí hay personas a las que la vida les sonríe y gozan de enormes ventajas fiscales, son inversionistas extranjeros. Lo cierto es que la población autóctona sufre desahucios, cierres de escuelas, privatización de zonas públicas y un sinfín de injusticias, mientras la corrupción y la especulación campan a sus anchas.