El barco de salvamento Sea Punk inicia su primera misión en el Mar Mediterráneo. La tripulación acaba de aprender cómo rescatar a refugiados. Ahora, llega la hora de demostrar que su altruismo está a la altura de la realidad.
Lanzar una campaña de donativos, comprar un barco y utilizarlo para rescatar refugiados: ese era el plan de Gerson Reschke cuando fundó la asociación "Sea Punks" con personas de ideas afines en 2020. El grupo ya no quiere quedarse de brazos cruzados viendo cómo los refugiados se ahogan en el Mediterráneo, la frontera entre Europa y el Sur Global más mortífera del mundo. En 2023, más de 3.000 personas murieron intentando huir de guerras, persecución y la miseria económica en sus respectivos países.
El reportaje acompaña a los "Sea Punks" desde la compra y acondicionamiento del buque hasta su primera misión. La tripulación internacional incluye a Anouck Soubeyran (25). Esta es la primera misión de salvamento de la estudiante de Derecho francesa. Coordinará el rescate de las personas en apuros con los botes. Kristina Hilz (28), médico en prácticas de Schleswig-Holstein, también va a bordo como voluntaria. Es responsable de la atención médica de los refugiados debilitados o heridos. La tripulación de voluntarios siente respeto por lo que les espera en el mar. No hay que subestimar la tensión psicológica. Su barco puede albergar hasta 100 personas. Pero nadie sabe en qué condiciones encontrarán a los refugiados. Tras diez días de entrenamiento, la tripulación de 13 personas zarpa de España rumbo a aguas tunecinas. Al poco tiempo, descubren una embarcación con más de 40 personas procedentes de Benín, África Occidental. Llevan tres días en el mar, sin comida, agua ni protección solar. El estado de algunos de los niños es preocupante. El equipo de rescate, todavía inexperto, no puede fallar.