Hay tradiciones acordes a los valores modernos de la sociedad, pero otras dejan en muy mal lugar al ser humano. Cuando uno asiste a una corrida de toros, es imposible no ver que es una salvaje y cruel fiesta en la que una muchedumbre jalea la tortura y el maltrato de un animal asustado que se ve en la obligación de matar o ser matado. En México hay cada vez más gente que aúna fuerzas para despertar conciencias y acabar con esta sangrienta y bárbara práctica.