Se supone que una isla bañada por el mar Caribe es un lugar apacible y seguro, con fabulosas playas donde relajarse. En cambio, el aparente paraíso de Vieques en Puerto Rico, una isla supuestamente protegida por la bandera de barras y estrellas, está plagada de explosivos sin detonar y peligrosamente contaminada con metales pesados por los incesantes bombardeos que soportó durante décadas como campo de pruebas de la Marina de EU. ¿Quién protege a los viequenses de sus 'protectores'?