El sentido de la vida humana debe ser algo más que la simple supervivencia. Las personas llegan a comprenderlo cuando se encuentran cara a cara con la muerte. Un ejemplo heroico de ello son los hombres que sirven por contrato en el frente. Provienen de sitios tan lejanos de Rusia como la República de Buriatia; algunos profesan el budismo, otros el islam; pero ni credos ni procedencias son obstáculos para la unidad inquebrantable por la victoria. No hay fuerza capaz de doblegar el espíritu ruso.