Los jóvenes no protegen su audición lo suficiente. Más de mil millones de personas en todo el mundo corren el riesgo de padecer pérdida de audición. La pérdida de este sentido puede provocar aislamiento y favorecer la demencia.
Ruido del tráfico, aviones despegando, música alta. En conciertos o fiestas, el volumen suele alcanzar el umbral del dolor de 120 decibeles. Esto puede provocar daños auditivos inducidos por el ruido. Estos daños no tienen cura. La pérdida de audición relacionada con la edad es diferente: los audífonos pueden ayudar en estos casos. Los primeros síntomas suelen aparecer a partir de los 40 años: Los afectados ya no pueden oír las frecuencias altas y les resulta difícil seguir una conversación en un entorno ruidoso. Por regla general, las personas se aíslan. Evitan las reuniones con mucha gente porque no entienden bien y no quieren estar continuamente preguntando.
Los audífonos filtran el ruido de fondo, como el del tráfico o el viento, suprimen la resonancia y amplifican el habla, de forma individual, dependiendo del entorno sonoro. Hoy en día, la tecnología para ello puede alojarse en carcasas diminutas. Sin embargo, todos estos audífonos tienen un inconveniente: El altavoz está situado en el canal auditivo. Esto provoca una pérdida de sonido. A veces también provoca inflamación en el oído. En cambio, con las "lentes de contacto auditivas", el altavoz se sitúa directamente en el tímpano y lo estimula. La empresa emergente Vibrosonic promete un sonido más intenso y claro. ¿Es también una solución para las personas que por su edad no soportan bien los diminutos audífonos?
Presentamos a jóvenes que han perdido la audición por culpa de la música alta, analizamos situaciones cotidianas que suponen un esfuerzo extremo para la audición, como trabajar en la cocina de un comedor, y presentamos nuevas soluciones de la industria de los audífonos para mejorar la audición.