Los atentados de Boko Haram en la aldea de Kolofata, en Camerún, son una constante desde 2013. En este escenario de terror y violencia, un grupo de niños se refugia en su propio mundo a caballo entre la escuela, el campo y las tareas domésticas.
El norte de Camerún, en la frontera con Nigeria, está amenazado por ataques terroristas y se encuentra bajo protección militar. Aunque los atentados del grupo islamista Boko Haram son ahora menos frecuentes que hace unos años, la amenaza sigue siendo real y omnipresente. Los niños tienen que arreglárselas en un universo postapocalíptico. Los protagonistas de esta tragedia son Falta, Ladji, Ibrahim, Mohammed, Ismaela y Maloum. Tienen entre cuatro y once años. Viven en el pueblo de Kolofata e intentan labrarse un futuro. La cámara capta el incombustible entusiasmo de estos niños, que van a la escuela y cuidan de sus rebaños. Construyen su futuro en medio de un conflicto armado. Conoceremos a Falta, una niña diligente que tiene que superar la muerte de su padre, fallecido en un atentado terrorista. Tiene muchas ganas de aprender y no deja de hacer preguntas. Ibrahim y Mohamad, en cambio, se pelean constantemente. Luchan por conciliar su energía con su traumático pasado. Para todos ellos, el mundo de la inocencia hace tiempo que quedó atrás.