Trabajadores ilegales han ocupado las obras de construcción de un estadio olímpico. Esto presiona a los responsables: la empresa constructora, el Ayuntamiento de París y el Gobierno francés.
París se prepara para acoger los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de 2024. La ciudad obtuvo el contrato en 2017 porque prometía organizar unos juegos ejemplares. Sin embargo, la realidad en las innumerables obras dirigidas por grandes empresas de construcción es muy distinta. Para cumplir con los plazos ajustados, estas empresas delegaron en subcontratistas la contratación de miles de trabajadores. Esto les permite pasar por alto que muchos inmigrantes indocumentados trabajen bajo condiciones peligrosas.
El pintor Abdalah-Azis es uno de estos trabajadores. Junto con sus compañeros empleados ilegalmente en el Adidas Arena, deciden aprovechar la presión de los plazos de los Juegos Olímpicos para exigir a sus empleadores los documentos necesarios para su legalización. Tras cinco años de duro trabajo para un subcontratista que le había empleado con tres identidades distintas, Abdalah-Azis espera obtener un permiso de residencia seguro y poder visitar por fin a su madre viuda en Malí.
Los huelguistas, dispuestos a arriesgarlo todo para hacer valer sus derechos, han organizado la acción en el más estricto secreto en el despacho del sindicalista Etienne. Al amanecer del 17 de octubre de 2023, se dirigen al estadio en construcción y rompen las barreras para iniciar la ocupación. Siguió un tira y afloja de meses con representantes de la ciudad y de la empresa constructora.
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