El multimillonario negocio de la adicción al juego

Durante la pandemia del coronavirus, las apuestas deportivas experimentaron un enorme auge. Las casas de apuestas operan su negocio con la ludopatía dentro de la legalidad, pero pertenecen a empresas internacionales cuyos métodos son cuestionables.

¿Cómo poner coto a este negocio multimillonario, cuya esfera de influencia se extiende al mundo del deporte y la política? La industria de las apuestas deportivas genera enormes ingresos a costa de los miembros más vulnerables de la sociedad. En Europa, cada día se apuestan unos 37 millones de euros. En los últimos 20 años, el mercado se ha multiplicado por 40. Este boom no responde a una moda, sino a una pérfida estrategia de marketing. Ante cada gran acontecimiento deportivo, las plataformas nos inundan con incentivos: publicidad en bucle, omnipresencia en las redes sociales, patrocinio de programas deportivos y clubes de fútbol, colaboraciones con estrellas del deporte y personalidades influyentes. Esta estrategia agresiva genera cada vez más ludópatas. Algunos se ven abocados a la ruina, otros incluso al suicidio.

La mayoría de las casas de apuestas están en manos de cinco empresas multinacionales que operan de forma desapercibida, mientras financian clubes deportivos y partidos políticos. Al igual que la industria del tabaco, se dedican a promover comportamientos adictivos. En Francia, el 60% de su facturación lo generan personas que tienen problemas con el juego. Las empresas manipulan y, a veces, incluso interfieren en la legislación. Los expertos dan la voz de alarma y reclaman la actuación de los gobiernos, pero la mayoría de los países ignoran este problema de salud pública.
La cineasta Linda Bendali ha investigado el comportamiento de las casas de apuestas deportivas en Alemania, Francia, Reino Unido y España.

¿Qué medios y promesas utilizan para atraer a sus víctimas? ¿Quién los apoya? ¿Qué se puede hacer para contrarrestar su creciente influencia? ¿Están dispuestos los gobiernos y los clubes deportivos a tomar medidas eficaces, aunque ello signifique perder millones de euros?