A Mark Junglas le repugna la ganadería industrial convencional. Este carnicero cualificado quiere hacer algo mejor. Comer carne, sí, pero sólo si los animales han tenido una vida buena y adecuada a su especie, y una muerte sin estrés.
Cuando Mark tuvo que sacrificar un ternero a los 16 años, vivió una experiencia terrible que le llevó a comprometerse con el bienestar animal. Este hombre de 35 años abandonó la industria cárnica convencional. Hace tres años, gestionó una granja ecológica ultramoderna que lleva a cabo la cría de animales de forma adecuada para cada especie. La granja cuenta con más de 100 reses que se sacrifican y se distribuyen ahí mismo. Mark Junglas tiene la misión de sacar beneficios de la granja y hacer frente a la competencia de la carne barata. Aunque el bienestar animal está de moda, no es tarea fácil. A fin de cuentas, poca gente está dispuesta a pagar más por la carne ecológica. Mark tiene muchas ideas para aumentar las ventas: experimenta con platos de carne creados por él mismo e intenta ganarse a una nueva clientela más consciente de la nutrición a través de las redes sociales y el marketing. El documental acompaña a Mark Junglas en el proceso y observa si se mantiene fiel a sí mismo en su misión por el mayor bienestar animal y la mejor carne, a pesar de los altibajos.