Jóvenes alemanes reaccionan con ira, miedo y humor a las fantasías ultraderechistas de expulsión. Pero también perciben una amenaza creciente desde el centro de la sociedad.
"¡Estoy harto!", exclama Mohamed ante la cámara desde Gelsenkirchen, en el oeste de Alemania. Mohamed, que trabaja cuidando a enfermos y a personas mayores, está profundamente arraigado en la Cuenca del Ruhr, pero se pregunta si Alemania puede seguir siendo su hogar. "La gente siempre ve en mí a un extranjero, y están a la espera de que cometa algún error".
Para Mohamed, Alemania es su país, pero no acaba de sentir que realmente pertenezca a él. Y ese sentimiento lo comparten muchos otros alemanes que proceden de familias inmigrantes. Y más aún después de una controvertida reunión en Potsdam de extremistas de derecha, empresarios y políticos, entre ellos de la formación ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).
En ese encuentro, celebrado en noviembre de 2023, se debatieron, al parecer, planes para deportar a personas inmigrantes o de origen inmigrante. ¿Quién pertenece a Alemania y quién no?