Crece sin cesar una ciudad que no es apta para personas con vértigo ni con estómago delicado. Quien quiera experimentar China no puede dejar de visitar la creciente megalópolis de Chongqing.
Chongqing, en el sudoeste de China, ha experimentado un crecimiento exponencial en las últimas tres décadas: 32 millones de personas viven en una región del tamaño de Austria. Chongqing es una de las ciudades más grandes del mundo en lo que a superficie se refiere y en China es toda una atracción turística. La ciudad es famosa por imágenes como la del tren que atraviesa el octavo piso de un rascacielos o la plaza ubicada a 20 pisos de altura. Los influencers han hecho famosa esta ciudad que, en el pasado, sirvió sobre todo de puerto de apoyo de cruceros turísticos.
Los vecinos de Chongqing tienen fama de ser especialmente acogedores, como el guía Zhen Jili, que conoce cada rincón de la ciudad y ha vivido de primera mano cómo su "gran pueblo” se ha convertido en metrópoli. Muestra los distintos niveles de la urbe, en los que un GPS no es de gran ayuda.
El chofer Shen Xun conduce a los visitantes por la vida nocturna de Chongqing, que siempre se prolonga hasta la mañana siguiente. Como en China rige una estricta prohibición del alcohol al volante, quienes hayan bebido algo pueden recurrir a Shen Xun. Este acude con una bicicleta plegable, la mete en el maletero y lleva a casa a sus clientes y su auto.
En cada esquina se ven livestreamers como Paipai. Explica por qué es un negocio multimillonario en China y conduce a sus espectadores a uno de los edificios más altos de la ciudad, desde donde hay unas vistas de vértigo.