El cambio climático es visible, medible y peligroso. Hay quien intenta frenarlo activamente. Otros, prefieren ignorarlo, negarlo o intensificarlo. En su desinterés, echan más leña al fuego del calentamiento global.
La alemana Anja Windl es una activista climática de "Letzte Generation” (Última Generación), una organización que ha protagonizado numerosas acciones espectaculares como bloquear calles, manchar obras de arte y jets privados o interrumpir ruidosamente eventos. En opinión de Anja, ni los políticos, ni los empresarios, ni muchos ciudadanos de la opulenta Alemania están haciendo lo suficiente para combatir el cambio climático. Y eso que el país es una de las principales fuentes del calentamiento global.
Para Thorsten Alsleben, las acciones de los y las activistas climáticos son absurdas e incluso peligrosas. El director general del lobby empresarial «Initiative Neue Soziale Marktwirtschaft» (Iniciativa Nueva Economía Social de Mercado) no niega el cambio climático. Pero pide que las medidas políticas no estrangulen la economía alemana. El libre mercado y el comercio de derechos de emisión, dice, garantizan ya que las empresas produzcan de forma más respetuosa con el clima. Además, concluye, Alemania no es el problema, ya que sólo contribuye en un 2% a las emisiones de gases de efecto invernadero, menos que China o EU.
A 9200 kilómetros, Anto Purnomo, de 38 años, recorre en barca los manglares de Langsa, en el norte de la isla indonesia de Sumatra. Se gana la vida talando manglares y vendiendo la madera. Los manglares fijan CO2, pero sobre todo son bosques importantes para la protección de las costas, albergan valiosos ecosistemas y son el hogar de innumerables peces y otros animales marinos. Ha oído hablar del cambio climático, pero, aunque Indonesia está especialmente amenazada por el calentamiento global, él tiene que alimentar a su familia.
Taufik Hidayat, por su parte, intenta detener la deforestación de los manglares. Reconoce su importancia para la población y la naturaleza de las regiones costeras. Los manglares ofrecen cierta protección contra la subida del nivel del mar. Este joven de 24 años trabaja para la ONG Indonesian Coastal Conservation Foundation en Langsa, Aceh. Su padre, pescador de cangrejos, le advirtió de los peligros que corren las personas si los manglares siguen desapareciendo. Taufik es consciente de que cada uno tiene que luchar contra el cambio climático a su manera. Pero también sabe que los habitantes de los países ricos tienen una responsabilidad especial.