El baobab desempeña un papel muy importante en los bosques de Madagascar. Especialmente durante los largos periodos de sequía, a los que todos los habitantes del bosque tienen que adaptarse. Pero estos árboles milenarios están muy amenazados.
En el bosque seco caducifolio de Madagascar cada baobab tiene su propia historia. Los majestuosos baobabs son los guardianes silenciosos de los pueblos indígenas y sus leyendas. Entre los sakalavas, cada familia tiene su propio árbol, que se ahueca y sirve de reserva de agua en tiempos de sequía. Gracias a su estructura fibrosa, el tronco actúa como una esponja que puede almacenar hasta 120.000 litros de agua.
Los baobabs son insustituibles para la biodiversidad del bosque seco: lagartos, salamandras, serpientes, aves y pequeños mamíferos encuentran aquí alimento y refugio. Las hormigas también viven en armonía con el árbol, enriqueciendo el suelo a su alrededor y permitiendo que el agua de lluvia se filtre mejor en el suelo. Sin embargo, los baobabs están en grave peligro de extinción y sólo los seres humanos pueden evitar la desaparición de estos árboles únicos.