Decenas de proyectiles golpean cada día los suburbios del sur de Beirut, la capital del Líbano. El Ejército israelí afirma que su intención es destruir los centros de mando y arsenales de Hezbolá, en barrios donde viven cientos de miles de personas.
De este modo, también la población civil libanesa se ve afectada por los bombardeos de las fuerzas israelíes. Se han registrado cientos de muertos y heridos. Se calcula que casi 1,2 millones de libaneses han tenido que desplazarse. Los bomberos y rescatistas de la Defensa Civil del país, que no guarda relación con Hezbolá, recorren las calles sin descanso extinguiendo incendios y rescatando sobrevivientes de entre los escombros, además de cadáveres. Estos héroes anónimos trabajan hasta el agotamiento y arriesgan sus propias vidas. Cuando divisan drones israelíes en el cielo, deben abandonar el emplazamiento inmediatamente, ya que el riesgo se vuelve excesivo. Un grupo de periodistas acompañó a los bomberos por la devastada zona sur de Beirut, recorriendo en motocicletas las bombardeadas calles de este bastión de Hezbolá donde apenas suele permitirse la entrada a equipos de filmación. Los periodistas también acompañaron a médicos y voluntarios que acuden para atender a los heridos. El reportaje muestra el sufrimiento de la población civil libanesa que vive en pleno frente de esta guerra.
Hamás asesinó a unas 1.200 personas en los ataques terroristas perpetrados en Israel el 7 de octubre de 2023. Desde entonces, Israel da caza a esta organización terrorista en la Franja de Gaza. Según el Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás, el número de palestinos fallecidos desde que comenzó el conflicto supera los 43.000, de los que más de la mitad son mujeres y niños. Hezbolá, organización aliada de Hamás y cuyo brazo militar está considerado organización terrorista por la Unión Europea, realiza ataques sobre territorio israelí desde el vecino Líbano prácticamente a diario.