Bután es considerado el país más feliz del mundo. El sur subtropical de esta región de la cordillera del Himalaya es poco conocido. Este reportaje muestra lugares donde la gente vive según tradiciones ancestrales y mantiene una comunidad muy unida.
El paisaje del sur se caracteriza por una densa jungla, una biodiversidad única y comunidades mayoritariamente hindúes. En lugares casi desconocidos se puede experimentar cómo es la vida en las tierras bajas de Bután, al pie de las imponentes cordilleras: un sentimiento de comunidad y unión.
Aunque la educación y la atención sanitaria son gratuitas, no existe asistencia social estatal. De eso se encarga la sociedad. Lejos de las áreas urbanas, el documental acompaña a personas que se ayudan mutuamente en momentos de necesidad. Como el dentista Tenzin, que trata gratuitamente a personas en remotos pueblos de montaña. El reportaje también muestra los rituales curativos del chamán más joven de Bután: Suresh, de 16 años, se siente elegido para mediar entre los vivos y los muertos. Dejó la escuela a los doce años para dedicarse a ello.
En medio de la jungla, Rinzin, propietaria de una tienda, espera con impaciencia la conexión a la red eléctrica y a Internet. La futura madre espera que esto no sólo le facilite la vida con un frigorífico y una arrocera, sino que también mejore la educación de sus hijos.
Muchas tradiciones y costumbres de Bután son poco conocidas. Sus gentes se caracterizan por una profunda compasión no sólo por sus semejantes, sino también por los animales. Siguiendo una antigua práctica budista, el profundamente religioso Sonam intenta salvar miles de peces. Sonam está convencido de que sólo así podrá preservar el patrimonio espiritual de Bután y seguir el camino de Buda.