Si miras el Sistema Solar desde el exterior, aparecerá ante nosotros como un mecanismo bien engrasado. Sin embargo, entre las órbitas de Marte y Júpiter se encuentra un verdadero reino del caos. En él, cientos de miles de pequeños cuerpos celestes se mueven en el espacio en varias direcciones, de vez en cuando cruzando las órbitas de otros cuerpos celestes. A veces chocan, generando miles de fragmentos. El rostro de este sector cambia constantemente y es poco probable predecir lo que ocurrirá en un futuro lejano.