En la ciudad mexicana de Juchitán, las mujeres determinan la economía y la vida social. Se trata de uno de los pocos lugares donde perviven las estructuras matriarcales, que son un legado de la civilización zapoteca.
En una película documental de la década de 1930, el director soviético Serguéi Eisenstein refleja la vida de las mujeres zapotecas: mujeres independientes que comercian, ahorran oro y eligen a su marido. Este matriarcado en el que las mujeres tienen el control económico y llevan la voz cantante, es el legado de más de 2.500 años de cultura zapoteca. ¿Qué queda de él un siglo después en un país en el que domina el machismo?
Las zapotecas viven en la ciudad de Juchitán de Zaragoza, en el sur de México, en el Istmo de Tehuantepec, que prospera gracias al comercio entre el norte y el sur, entre el Pacífico y el Atlántico. Y aquí el comercio siempre fue cosa de mujeres. Lola heredó de su madre su tienda, donde vende ropa tradicional. En 2017, un terremoto sacudió la zona y destruyó el mercado, que había sido el corazón de la ciudad. El desastre puso en peligro el poder de las mujeres zapotecas. Con el apoyo de sus dos hijas, Paulina y Marisela, Lola y las demás vendedoras remontaron. Juntas organizaron lo que siempre impulsó su economía redistributiva: las fiestas.
Cada año se celebran 600 festividades en la ciudad, con las mujeres como protagonistas. Dentro de unos días, Jade celebrará su 15º cumpleaños y se integrará a la comunidad de mujeres. Su madre, la vendedora Ana Lilia, lleva meses ahorrando para la ocasión y hace todo lo posible para que la celebración sea perfecta. Su amiga muxe Coral la ayuda con los adornos, hechos con miles de recortes de papel de colores.
En Juchitán, los y las muxes son considerados del tercer género. Nacen varones, pero asumen roles femeninos en la familia y en la sociedad. Una vez al año, se celebra una misa en la iglesia en honor a más de 4.000 muxes, un acontecimiento único en México. Cada día y con cada fiesta, las mujeres zapotecas de Juchitán desafían el machismo imperante en México a la vez que luchan por mantener sus tradiciones.