Oliver Faulstich tiene 37 años y vive entre la sordera y la audición. A los 15 años se enfermó de una rara forma de meningitis. De un día para otro, dejó de oír.
Un shock para el adolescente y también para sus padres. Gracias a la moderna tecnología de los implantes cocleares y a mucho entrenamiento, ahora puede volver a llevar una vida casi sin restricciones como padre de familia, pero el día a día sigue siendo agotador. Ahora hace campaña por las personas que se encuentran en una situación similar a la suya.