El film empieza con el ruido sordo de una metralladora y con imágenes de la primera guerra mundial, algunas reales, otras realizadas especialmente para la ocasión. Sucesivamente, llegan los paisajes desérticos de la localidad Palestina de Beit-Sajour. Justo en ese lugar, en las colinas de Judea, una mañana de julio, a principios de siglo, Solimán, un joven palestino y Jacob, su amigo hebreo, comienzan a contruir una casa con piedras tomadas del Beit-Yala. Mientras tanto, la supuesta tranquilidad del lugar es interrumpida por hechos de violenza que anticipan los ...
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