La estructura triangular del deseo no tiene tanto que ver con el tipo de familia como con la lógica interna del deseo, que nos obliga a operar con tres variables: el que desea, lo que satisfaría el deseo y lo que puede fustrar esta satisfacción. El recién nacido, el bebé, no comienza distinguiendo los contornos de su cuerpo de los del cuerpo de su madre. Su primer deseo es, sin duda, el de volver a fundirse con la madre, el deseo de volver al seno materno, de no haber llegado a nacer. En este sentido, su mayor anhelo es volver a conformar una Totalidad a la que ...
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